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¿Es 2023 el año para añadir a China a su cartera?
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Después de casi dos años complicados para la renta variable china debido a las estrictas medidas en el plano regulatorio, las tensiones geopolíticas y la ralentización económica, 2023 se presenta más prometedor para los inversores.
Los mercados financieros chinos sufrieron recientemente una gran volatilidad, ya que varias decisiones políticas y otros acontecimientos avivaron la ansiedad de los inversores extranjeros. Entre ellos, unas normativas más estrictas en determinados sectores, los problemas financieros del gigante inmobiliario Evergrande y las mayores exigencias en materia de transparencia para las empresas chinas que cotizan en Estados Unidos. Por no hablar de la estricta política de covid-cero de Pekín y del temor a que China invadiese Taiwán tras la invasión rusa de Ucrania.
Sin embargo, 2023 — el año del Conejo de agua, símbolo de paz, prosperidad y vuelta a la normalidad, entre otras cosas — podría abrir paso a un nuevo capítulo para los inversores. Los recientes y cruciales cambios en el país apuntan a una normalización de su economía y de sus mercados financieros y podrían abrir la puerta a numerosas oportunidades, particularmente en los sectores orientados al consumo.
Un futuro mejor
El color verde comienza a parpadear para la renta variable china. De los cinco factores de riesgo que lastraron las bolsas chinas en 2021 y 2022 — mayor supervisión regulatoria, crisis inmobiliaria, política de covid-cero, política interna y tensiones sino - estadounidenses —, cuatro se han esfumado en gran medida una vez que Pekín ha culminado el endurecimiento de sus normativas e incluso muestra su apoyo al sector empresarial, incluidos los pesos pesados de Internet y los promotores inmobiliarios. En nuestra opinión, las perspectivas para el quinto factor de riesgo — las tensiones entre EE.UU. y China — que han vuelto a saltar tras el incidente del "globo espía chino" no sufrirán una escalada. Consideramos que la recuperación económica post-covid será un potente motor de la renta variable china en 2023.
El Gobierno chino ha efectuado cambios concretos desde el Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre. El más significativo fue el levantamiento de su estricta política de tolerancia cero con la covid, una medida necesaria que condujo a la reapertura del país (aunque de forma algo abrupta) el 8 de enero. El Gobierno también está orientando su política hacia el crecimiento económico. Un ejemplo lo vimos en la Conferencia de Trabajo Económico de China (el mayor foro económico del país), donde los principales responsables políticos anunciaron que el impulso de la demanda interna sería prioritario en 2023.
La velocidad a la que China está reabriendo su economía puede causar algunas dificultades a corto plazo, pero por el momento esperamos que el crecimiento del PIB repunte a partir del primer semestre y alcance un ritmo de alrededor del 5,0% en el conjunto del año. Esto convertiría a China en la única gran economía cuyo crecimiento del PIB se está acelerando.
La demanda interna mejora las perspectivas sobre el crecimiento
Estos factores apuntan a un incremento constante del gasto de los consumidores chinos, que debería impulsar el crecimiento de los ingresos de las empresas chinas de aquellos sectores orientados al consumo en los próximos años. Es probable que el repunte de los contagios por covid suponga un lastre para el gasto del consumidor en el primer trimestre, pero lo previsible es que las cosas mejoren ya en el segundo trimestre, a medida que Pekín aplique sus medidas de estímulo al crecimiento y el consumo y que tanto las administraciones municipales como los hogares aprendan a lidiar de forma más eficaz con la covid-19.
Además, los hogares chinos cuentan ahora con un exceso de ahorro cercano a los 18 billones de yuanes (2,5 billones de euros), cifra que incluye los 4 billones de yuanes acumulados desde 2020 debido principalmente a los confinamientos decretados por la pandemia. Esto debería provocar un repunte del gasto de los consumidores. Por otra parte, se espera una recuperación del mercado laboral, ya que casi uno de cada cinco puestos de trabajo en China es sensible al covid porque implica contacto físico, lo que significa que el levantamiento de la política de covid-cero y la plena reapertura de la economía china estimularán probablemente tanto la contratación empresarial como el gasto de los consumidores. Esto debería apuntalar un repunte del consumo de los hogares.
Otros motores estructurales del crecimiento de la demanda interna en China son: sus 1.400 millones de habitantes; un PIB per cápita de más de 12.500 dólares; una tasa de consumo de los hogares en aumento; y un consumo total de los hogares que se ha quintuplicado entre 2005 y 2020. Además, si analizamos el gasto de los hogares en relación al PIB, su peso actual en China es del 54,3%, un porcentaje notablemente inferior al de los países desarrollados (82,6% en EE. UU., por ejemplo)1, lo que indica que hay un margen considerable para que el gasto de los consumidores chinos siga creciendo.
Otras razones por las que habria que considerar la renta variable China
Hay muchas otras razones para invertir en China. Cuenta con más de 6.000 empresas cotizadas con una capitalización bursátil combinada de más de 19 billones de dólares2, sólo superada por la de Estados Unidos, lo que significa que es un mercado de valores que los inversores de hoy en día no pueden pasar por alto. Sin embargo, a pesar del tamaño y del dinamismo del mercado, las empresas chinas solo representan alrededor del 3,6% del índice MSCI All Country World (que integra valores de unos 50 países), frente al 60,4% de las cotizadas estadounidenses y el 5,6% de las japonesas.
Las empresas chinas tienen precios atractivos. La ratio PER (precio/beneficio), un indicador de lo que los inversores están dispuestos a pagar ahora mismo por las acciones de una empresa en función de sus beneficios futuros, se sitúa actualmente en torno a 113, ligeramente por debajo de su media de 10 años, mientras que los valores mundiales cotizan con un PER de alrededor de 15. Además, la mayoría de las empresas chinas han recortado costes en los últimos tres años, por lo que el crecimiento de los ingresos debería impulsar una recuperación de los beneficios en 2023.
Por último, la renta variable china puede proporcionar una diversificación eficaz de la cartera, tanto en términos de exposición geográfica como de temáticas de inversión. Vemos un potencial especialmente amplio en cuatro áreas clave de la nueva economía china: 1) innovación industrial y tecnológica, 2) sanidad, 3) transición ecológica y 4) evolución del consumo.
Tras 20 meses difíciles, 2023 podría suponer un nuevo comienzo para los mercados financieros chinos. Aunque existen algunos riesgos que merece la pena vigilar (como un repunte de los contagios por covid y los acontecimientos geopolíticos), creemos que muchos de ellos pueden mitigarse mediante una gestión activa de la cartera. Un enfoque de inversión ágil y selectivo, respaldado por una visión a largo plazo - en consonancia con el Año del Conejo de Agua - es lo que se necesita en 2023.
1Fuente: Banco Mundial
2Fuentes: Bloomberg, CICC Research, 2022
3 Ratio PER de las empresas del índice MSCI China, que incluye empresas de gran y mediana capitalización cotizadas en las bolsas de Shanghái y Shenzhen.