Las tecnologías verdes y su impacto en el clima y en el capital natural

En todo el mundo, la acuciante urgencia para mitigar el cambio climático y adaptarnos a este es cada vez más evidente. La década de 2020 requerirá medidas drásticas para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5 °C.

Para lograr nuestras aspiraciones medioambientales, será necesaria la minería. La extracción de minerales tales como cobre, níquel, cobalto, plata, aluminio, litio y neodimio, entre otros, será necesaria en mayor cantidad para las células fotovoltaicas, los aerogeneradores, el almacenamiento en baterías y el cableado conductor necesario para garantizar la conectividad si queremos posibilitar esta transición.

Se ha criticado a las empresas mineras por sus malas prácticas medioambientales, pero pocos son conscientes de que existe un conjunto importante y creciente de empresas a escala mundial que están desarrollando nuevas tecnologías para contribuir a que la minería sea más eficiente, mejor para el planeta y más segura para los trabajadores y las comunidades locales.

Desde las energías verdes hasta las tecnologías de movilidad no contaminantes, este documento ayuda a comprender el impacto en el clima y en nuestro capital natural de las materias primas y los minerales necesarios para una transición hacia un mundo con una menor huella de carbono. Gracias a la adopción de una visión más holística de las tecnologías verdes y de los posibles desafíos de los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) que intervienen en las cadenas de suministro, podremos sopesar los beneficios y perjuicios medioambientales y contribuir a garantizar que nuestras tecnologías verdes sean realmente verdes.

Como inversores, es importante que vayamos un paso más allá para entender cuestiones de este calibre, porque tenemos un deber fiduciario con nuestros clientes. Debemos invertir en empresas vitales para la transición verde, pero no solo en aquellas más obvias. Esto es especialmente importante para inversores como Carmignac, que debe invertir los fondos de sus clientes, tanto para obtener una rentabilidad financiera como en aras de la sociedad y el medio ambiente, para las generaciones tanto actuales como futuras. Así, es nuestro deber comprender y respaldar los sectores que posibilitan el progreso de las tecnologías verdes, si bien consideramos que es irresponsable invertir únicamente en empresas centradas exclusivamente en actividades verdes y excluir a las empresas que las hacen posibles, como las mineras, a pesar del aumento de las emisiones de CO₂ o de las controversias del pasado. Además, creemos que la colaboración con las empresas mineras en estas cuestiones conduce a una mayor concienciación y a la resolución de preocupaciones medioambientales o sociales.