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Empresas familiares: mirar más allá de los clichés para identificar el crecimiento a largo plazo

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Las empresas familiares tienen la reputación de ser propensas al conflicto, el nepotismo y los problemas relacionados con su control. En consecuencia, las calificaciones actuales según criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) las penalizan en cuanto a este último factor. Sin embargo, existen varios motivos de peso para invertir en este tipo de empresas, siempre y cuando adoptemos un enfoque selectivo.

¿A qué responde el éxito de las empresas familiares?


Mirar más allá del infortunio

Las series de televisión basadas en las desventuras de las empresas familiares han cosechado un gran éxito durante décadas, pero estos dramas apenas están basados en hechos reales. La realidad es que decenas de miles de empresas con grandes participaciones familiares o de sus fundadores siguen generando rentabilidad y valor año tras año, durante décadas. En la actualidad, las empresas gestionadas por familias representan el 70 % del PIB mundial y contribuyen a entre un 50 % y un 80 % de los empleos en muchos países 1 , y ello responde a que sus fundadores no tienen una mentalidad de corredores de apuestas, sino que se centran en construir.


Una visión a largo plazo fundamentada en un propósito

Un negocio familiar empieza con una persona que aúna visión y determinación y prospera porque integra un propósito que trasciende el dogma empresarial del énfasis en el crecimiento de los beneficios. A menudo, la voluntad de construir se ve impulsada por la innovación y por el deseo de hacer lo correcto, más que de hacer las cosas bien. Además, las empresas familiares no se ven sometidas a la presión de los inversores con un horizonte cortoplacista y que exigen mejoras de los resultados trimestrales. Al adoptar un enfoque largoplacista, están mejor posicionadas para tomar decisiones que no deben traducirse en resultados de forma inmediata.


La deuda no constituye un lastre tan importante

Las empresas familiares también demuestran que adoptar un enfoque a largo plazo no implica un endeudamiento excesivo. De hecho, las empresas familiares tienden a estar menos apalancadas que otras compañías. La base de datos «Family 500» de Carmignac realiza un seguimiento de las multinacionales con un control mínimo del 10 % por parte de la familia, los fundadores, fundaciones o fideicomisos. Los datos muestran que, en promedio, su nivel relativo de endeudamiento es aproximadamente tres veces menor que el de las empresas no familiares 2 .

¿En qué debemos centrarnos a la hora de seleccionar empresas familiares?


La ubicación importa

En términos de rentabilidad, las empresas familiares con sede en la UE y EE. UU. han batido a sus homólogas no familiares durante los últimos 15 años en un +50 % y +40 % en sus respectivas regiones. Durante el mismo periodo, las empresas familiares del universo emergente obtuvieron rentabilidades inferiores 3 . La base de datos «Family 500» de Carmignac muestra que las empresas familiares estadounidenses ofrecen el potencial de inversión más significativo.


El tamaño como criterio diferencial

Si bien todas las categorías de empresas familiares por capitalización superaron a las empresas no familiares, las de megacapitalización 4 registraron el mejor rendimiento en los últimos quince años, al prácticamente triplicar su crecimiento. La inversión en empresas familiares no debería limitarse a las pequeñas y medianas capitalizaciones, ya que resulta evidente que existen algunas empresas familiares de mayor tamaño que debemos tener en cuenta. La generación familiar también reviste importancia. Las empresas familiares de primera y segunda generación suelen registrar un desempeño favorable. Sin embargo, a partir de la quinta generación, su rendimiento es más variable, ya que la mentalidad única de la empresa familiar constituida por su miembro fundador se diluye en exceso.


Encontrar el nivel óptimo de titularidad familiar

En el ámbito de las empresas familiares cotizadas, el porcentaje de derechos de votación propiedad de la familia debería tenerse en cuenta en el plano del buen gobierno: si el porcentaje es demasiado exiguo (<10 %), el negocio no se beneficia realmente de las ventajas de ser una empresa familiar y, por el contrario, si el porcentaje es demasiado elevado (>80 %), las opiniones de los accionistas minoritarios no se tienen en cuenta. Los consejeros no ejecutivos necesitan medios para defender a los accionistas que no son miembros de la familia. La remuneración de los directivos también debería monitorizarse, especialmente si están vinculados a la familia, al igual que el comportamiento de la empresa y la calidad de sus prácticas contables.

Contar con un enfoque activo y selectivo es clave

Puede que las empresas familiares nunca se libren de su reputación de compañías donde abundan las intrigas y las habladurías, pero, en general, su éxito nos recuerda que un buen gobierno corporativo no siempre puede medirse exclusivamente mediante la comprobación del cumplimiento de criterios predeterminados. El universo de las empresas familiares aptas para la inversión es amplio y diverso y no existe una estrategia única que valga para todas. Identificar las compañías adecuadas exige adoptar un enfoque meticuloso y conocer los indicadores clave que pueden contribuir a acotar la búsqueda. De este modo, los inversores pueden recopilar la información necesaria para encontrar una fórmula corporativa que genere valor a largo plazo para los inversores y, al mismo tiempo, contribuya al bien común.

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